Bajo el título «Un adiós agridulce: la despedida del equipo continental Virgen de Fátima», se conoció en la noche de este miércoles un comunicado con la decisión piquetera de no continuar en el ciclismo luego de más de 25 años de actividad.
«Con profunda tristeza y nostalgia, nos vemos obligados a despedirnos del equipo continental Virgen de Fátima. Desde nuestros humildes comienzos, hemos tenido el honor de representar a San Juan y contar con el apoyo de patrocinadores y amigos valiosos que han creído en nuestro proyecto», dijeron en las redes sociales al mismo tiempo que realizar una serie de agradecimientos a los distintos sponsors.
Luego, repasaron que «durante nuestro recorrido hemos tenido el privilegio de contar con destacados corredores que han dejado su huella en el equipo y en el ciclismo en general. Nombres como Maximiliano Richeze, Nicolás Naranjo que en paz descanse, Luciano Montivero, Emanuel Saldaño que en paz descanse, Oscar Villalobo y Nicolás Tivani, entre otros, que han formado parte de nuestra familia y han representado con orgullo los colores rojo y amarillo en cada competencia».
A continuación y tres días después de que el oficialismo perdiera las elecciones para gobernador y vice, señalaron que «lamentablemente enfrentamos circunstancias adversas que nos han llevado a tomar esta difícil decisión. A pesar de nuestros esfuerzos incansables y la pasión desbordante de todos los involucrados, mantener un equipo de esta envergadura requiere una inversión considerable de recursos financieros y logísticos».
Por último, manifestaron que «nos entristece profundamente tener que poner fin a esta etapa, pero queremos destacar que nuestro deseo más sincero es que el espíritu de Virgen de Fátima no se desvanezca, sino que perdure como un legado en el mundo del ciclismo. Esperamos que nuestros talentosos corredores encuentren nuevas oportunidades que valoren su potencial y les brinden la posibilidad de seguir creciendo en este apasionante deporte. Aunque este capítulo llegue a su fin, llevaremos con orgullo el nombre de Virgen de Fátima y los colores rojo y amarillo en nuestro corazón».